Las protuberancias de las mareas transfieren la energía cinética de rotación de la Tierra a la Luna; esto hace que el giro de la Tierra disminuya. Llega un momento en que la Tierra gira al mismo ritmo que la Luna orbita alrededor de la Tierra. En este caso, no hay más desalineación de las protuberancias de las mareas y no se transfiere energía a la luna. El mismo lado de la Tierra siempre mira hacia la Luna.

Este proceso exacto también ocurre entre la Tierra y el sol. La Tierra también transfiere su energía cinética de rotación al sol. Pero debido a la mayor distancia al sol, esta transferencia de energía es mucho más débil y lleva mucho más tiempo para que la Tierra se bloquee por mareas al sol. Pero dado el tiempo suficiente, eventualmente se bloqueará por mareas al sol. Esto se supo recientemente, sin embargo, esto se retrató en el Corán 1400 años antes de que se descubriera. El Corán dice que la sombra en movimiento puede quedarse quieta: